lunes, 28 de julio de 2008


29 de julio
Dia del personal domestico en Rio Negro


Sindicato del Personal de Servicio Doméstico de Río Negro
“Soy empleada doméstica”

Rio Negro tiene leyes y leyes que marcan tendencias. A veces estan a la espera de ser redescubiertas y aggiornadas por el tiempo. La ley Ley Nº 2259 instituye el “dia de la trabajadora domestica” desde el ano 1988. El autor fue el legislador Anibal Pedro Navarro. Una fecha para festejar y para ser reconocidas todo el personal del servicio domestico.

Falta poco tiempo para que la ley 2259 cumpla 20 anos de vigencia. Que paso en estos anos?

Provincia de Rio Negro. Tienen un nombre y una bandera. Están expuestas. Tienen un mensaje para dar a conocer. Hay una identidad. Hoy son únicamente mujeres; ayer fueron un puñado, hoy son más de mil y mañana serán miles. El objetivo: bregar por el reconocimiento del trabajo (servicio) doméstico.

2007. Un nuevo sindicato obtuvo en el mes de mayo el reconocimiento del Ministerio de Trabajo de Nación: Sindicato de Personal de Servicio Doméstico (SiPeSeDo), es de Río Negro y su labor ya entusiasma a trabajadores de provincias vecinas. Se suma a una veintena en la Argentina.

SiPeSeDo cobró sentido en el cuerpo y alma de una mujer rionegrina que encontró en su propio trabajo las condiciones propicias para generar un cambio de subjetividades. Ya no más la “sirvienta” y víctima de un sistema laboral discriminatorio, sino gestora de un cambio de percepción: servicio a cambio de un salario digno. Se llama Sonia Kopprio. Tiene la mirada y pasos firmes, manos entre delicadas y robustas, presencia avasalladora. Asi es ella y traslada esa energia al sindicato, la reproduce en el entorno.

Un 21 de abril de 2005, en General Roca, casi media docena de mujeres trabajadoras domésticas hicieron los primeros acercamientos. Una organización cobraba sentido en el diseño de objetivos, una identidad, una energía. Un abogado “ad honorem” se sumó al grupo, Fernando La Rubia, porque encontró en el un lugar para devolver con servicios lo que el estado invirtió en él cuando fue estudiante de una universidad pública.

Este puñado de mujeres, todas empleadas domésticas al servicio de hogares roquenses, salieron a la calle.Visitaron localidades vecinas. Se expusieron. El andar y los medios de comunicación direccionaron las energías y así, esta pequeña organización, logró que hoy cerca de 1300 mujeres rionegrinas estén “blanqueadas”. Por supuesto que la tarea no es fácil ya que hay que lidiar con personas empleadoras que se resisten al reconocimiento laboral.

El “blanqueo” de un trabajo implica un reconocimiento. Comprende que Juana, Maria, ellas, perciban un sueldo digno que responda a una escala salarial concensuada, que tengan derecho a un aporte jubilatorio, que puedan tener una obra social, que puedan tener vacaciones y demás derechos que le corresponden por ser “trabajadoras” dentro del territorio argentino.

Una trabajadora doméstica es primero, una persona con historia propia, que se forma como tal, elige en una paleta de oportunidades que encuentra en la sociedad en la que vive: segundo, es una persona que comparte la cotidianeidad de un hogar que no es el suyo. El trabajo doméstico, el que transforma tanto lo material como lo subjetivo, a veces se naturaliza a tal punto que es “invisible”, algo así como la prolongación del trabajo femenino que va de un hogar (el suyo propio) a otro (de quien la emplea). Cocinar, planchar, limpiar, cuidar, son tareas “naturales” que se pueden ofrecer a cambio de dinero o especias. Son habilidades más femeninas que masculinas.

El sindicato

Para darle un sentido y magnitud al trabajo doméstico SiPeSeDo logró obtener, el 16 de mayo de 2007, la personería jurídica reconocida por Resolución 392 del Ministerio de Trabajo de La Nación. En esa oportunidad fue en Cipolletti, a casi 50 kilómetros de Roca, donde Sonia Kopprio, Secretaria General del sindicato, recibió en nombre de sus companeras el reconomiento. Dos años de trabajo contínuo con marchas y contramarchas, sabores y sinsabores, sellaron un objetivo: contar con el amparo legal y administrativo para desarrollar sus acciones.

El reconocimiento trajo una yapa: el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, junto a autoridades locales, lanzaron en Cipolletti el “Centro de Formación Profesional en Servicios Domésticos y Actividades Afines”. Un curso de capacitación laboral de dos años de duración, teórico-práctico, que contribuira a jerarquizar el servicio en el mercado laboral.


Recordamos que las Oficinas de Empleo Municipales son organismos técnicos que relacionan la oferta y demanda de trabajo, brindando información y orientación para el empleo y la capacitación, y todo ello en forma gratuita. A la vez, son una vía de información y acceso a diversos programas sociales que ejecuta el Estado, tendientes a aumentar la empleabilidad y el empleo

Hoy, SiPeSeDo tiene la sede central en General Roca. Sonia enfatiza en dos momentos muy especiales para ella: conocer a Toribia , una empleada doméstica envejecida por los años y la calidad de vida, que salió del maltrato “patronal”, afrontó el miedo al despido y ganó la instancia judicial. Un nombre que siempre será bandera. El otro momento fue el día que un peón rural se acercó a la oficina del sindicato para que lo asesoraran para “blanquear” a su empleada doméstica: un obrero reconocía los derechos de otra obrera.

Cada trabajador del servicio doméstico es una realidad. Hay casos de empleo a menores de 18 años, amenazas de despido ante el requerimiento a los empleadores para la inscripción en AFIP, persecución “psicológica”, falta de reconocimiento al trabajo doméstico ejercido por terceros ajenos a la familia...

Hoy, en nuestra ciudad, aun son muchas las “empleadas” domésticas que son contratadas de “palabra”. Se las puede encontrar en casas de abogados, médicos, docentes, en empresas, en comercios, en oficinas, en consultorios. A las Juanas y Marías se las puede observar aseando veredas bien temprano, bailando con un plumero entre rejas y ventanas, lidiando con el perro del vecino, tendiendo veintena de prendas que más tarde planchará, mirar de reojo el reloj para cocinar o para retirar a los niños de la casa a la salida de la escuela... Cuán importante son ellas en la vida cotidiana. Saber que están allí para colaborar.

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