lunes, 22 de septiembre de 2008

Atraer a través del lenguaje corporal ¿...Será?


Los pájaros lo hacen, las abejas también, los jóvenes, los mayores, todos lo hacen. ¿De qué se trata? De atraer.
Y seguramente son pocos los que saben que la mejor atracción se puede realizar sin decir ninguna palabra. El lenguaje corporal es una forma segura de demostrar interés - o falta del mismo - a otra persona.
Pero, ¿cómo saber si estamos enviando la señal correcta? Hay formas de tomar control de los movimientos de atracción. Aquí presentamos algunas que servirán para lograr el objetivo de llamar la atención de alguien que nos gusta.
El cuerpo habla un lenguaje propio. Sin comprenderlo, la forma en que nos sentamos, lo que hacemos con las manos, las piernas e incluso la postura básica revelan mucho sobre nosotros, como lo que sentimos, pensamos o queremos.
Existiendo este lenguaje, nosotros podemos controlarlo, estar concientes del mensaje que estamos enviando y evitar la emisión de cierta información que no deseamos transmitir. Cualquier persona razonablemente perceptiva e intuitiva a la que deseamos atraer leerá muchas cosas nombre nosotros simplemente estudiando nuestros movimientos.
Podemos entonces utilizar el lenguaje corporal a nuestro favor enviando sólo los mensajes que deseamos hacerle llegar.
El lenguaje corporal tiene mucho en común con los mensajes de texto de los celulares, porque es información rápida, directa y que va al punto.Básicos del lenguaje corporalSin incluso pensar en ello, las mujeres casi siempre dan muestras físicas que expresan su nivel de interés en un hombre.
Los gestos más comunes del lenguaje corporal que revelan al menos un mínimo interés son el juego con el cabello, sacudir la cabellera y cruzar las piernas.
Cuando una mujer hace movimientos especiales con su cabello, está mostrando un gesto nervioso. Lo que le dice al hombre es que él la pone un poco nerviosa. Y cuando hablamos de este ámbito, si ella está nerviosa, él creerá que seguramente debe estar interesada.Por otra parte, mover el cabello como cruzar las piernas, es también una forma de llamar la atención o mostrar una melena magnífica (muy atractiva) o un par de piernas hermosas (también muy atractivas). Pero hay también otros gestos elementales y posturas básicas que envían un mensaje fuerte a otra persona, y todos pueden utilizarse para lograr un buen efecto.
Vamos a describirlos e interpretarlos.
Contacto visualUsualmente la primera forma en que dos personas se conectan es a través de mirar en los ojos del otro. Incluso antes de que alguien hable una sola palabra, los ojos están ya enviando mensajes. Los mensajes pueden ser de franca curiosidad, fría displicencia o tímido interés. Cuando miramos profundamente en los ojos del otro, le estamos diciendo que pensamos que es la persona más fascinante de la sala. De hecho, si mantenemos nuestros ojos en los suyos, le estamos diciendo que para nosotros ¡esa es la única persona de la sala!
El contacto visual frontal completo también puede ser riesgoso. Puede parecer demasiado fuerte y asustar a aquellos que se sienten intimidados por actitudes demasiado directas. Sin embargo, si nuestra actitud tiende a ser franca, es mejor aplicarlo y, en cierta forma, servirá como una forma de selección natural. Si la otra persona se asusta por esta mirada abierta y directa, seguramente no es quien estábamos esperando.Se puede, igualmente, buscar una forma menos fuerte pero igualmente sugerente con miradas directas frecuentes pero menos fijas.
Cruzar los brazos
Si bien en ocasiones el cruzar los brazos puede interpretarse como una forma de desprotección y delicadeza, el mensaje que más claramente transmite es que no estamos interesados en la otra persona y nos cerramos ante ella. Sin embargo, en el caso de las mujeres, cruzar los brazos es también una forma de llamar la atención sobre los pechos. Es un gesto primitivo y muchas veces inconsciente, que puede ser correctamente interpretado si el resto de los mensajes corporales indican interés y apertura.
Inclinarse hacia el otro
La forma más común es inclinarse hacia la otra persona cuando estamos sentados enfrente. Este gesto muestra interés y aceptación. Pero es bueno ir despacio. Este interés no debe ser precipitado, y es bueno dejar al otro adivinar al menos un poco antes de mostrarnos completamente atraidos. Se trata del juego de la seducción, y como tal debe administrarse.Si nos encontramos a nosotros mismos prácticamente cayendo encima de esa persona, tomemos aire profundamente, retrocedamos en el asiento y descansemos las manos en la mesa o las rodillas por unos minutos, al menos hasta habernos calmado un poco.
Si en cambio nos encontramos inclinados hacia atrás, alejándonos, estamos indicando que no nos agrada y queremos terminar esta situación. Puede eventualmente ocurrir esto por timidez y no por falta de interés, en cuyo caso debemos esforzarnos por mantener una postura corporal siquiera neutra, evitando la más negativa.
Cruzar las piernas
Puede ser interpretado como un gesto nervioso o provocativo. Muchísima gente cruza y descruza sus piernas cuando está ansiosa. Si lo estamos haciendo, transmitimos que de alguna forma la presencia del otro nos perturba. Por otra parte, si una mujer cruza deliberadamente las piernas para mostrarlas un poco o apunta la de arriba en dirección de su compañero, está transmitiendo que él le interesa mucho. Nuevamente, administrar esta clase de mensajes será lo más sabio.
Jugar con el cabello
Se trata de un signo seguro de nerviosismo. Si estamos haciéndolo, será mejor tomar un poco de control y evitarlo, a menos que deseemos hacerle saber nuestra turbación.También puede ser un gesto juguetón o sensual. Las mujeres con cabello largo tienden a jugar con él. El cabello es atractivo y jugar con él o moverlo llama la atención de los hombres. Pero cuidado: a muchos hombres llega a irritarles si la mujer lo hace con frecuencia. Cuando conocemos a alguien y nos sentimos atraidos, aplicamos conciente o inconcientemente señales que le indican nuestro interés o indiferencia. Con un poco de atención podemos enviar el mensaje adecuado. Estas son solo algunas señales, y dentro de la amplia gama que existe, podríamos decir que son las menos provocativas, pero aún así pueden producir el efecto de transmitir un gran interés y apertura, llamar la atención del otro y ayudarle a tomar la iniciativa, o simplemente a entrar en el juego para conocerse mejor.



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