La mayoría de los vinos tienen peligrosos niveles de metal. Sólo se salvan los argentinos, brasileños e italianos.
La mayoría de los vinos disponibles en el mercado tienen niveles potencialmente peligrosos de metal, afirma una investigación.
En un estudio de vinos de 15 países -publicado en "Chemistry Central Journal"
(Revista de Química Central)- sólo los de Argentina, Brasil e Italia parecen no ser potencialmente peligrosos para la salud del consumidor.
La investigación incluyó tanto vinos tintos como blancos, principalmente de Europa occidental y del Este.
Los científicos descubrieron que en una copa diaria de 250 ml. podría, a largo plazo, tener un efecto perjudicial en la salud del consumidor.
El estudio llevado a cabo en la Universidad de Kingston, en Londres, utilizó una fórmula desarrollada por la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos que calcula el riesgo potencial a la salud por la exposición a largo plazo a tóxicos en el medio ambiente.
Esta fórmula, llamada THQ (Target Hazard Quotient), calcula el coeficiente de riesgo basado en los niveles máximos considerados seguros para varias sustancias químicas.
"El THQ es un análisis de riesgo diseñado para evitar una subestimación", explicó el profesor Declan Naughton, uno de los autores del estudio.
"Por lo tanto incorpora varios supuestos, como la absorción máxima de iones de metal ingeridos y la exposición durante toda una vida".
"Pero no se cuentan otros factores como beber en exceso, los efectos cruzados con otros tóxicos potenciales, ni el efecto en los ancianos, los jóvenes o los que sufren un trastorno clínico", subrayó el investigador.
Potencialmente perjudiciales
El estudio incluyó vinos tintos y blancos de Argentina, Austria, Brasil, República Checa, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Italia, Jordania, Macedonia, Portugal, Serbia, Eslovaquia y España.
Los científicos descubrieron que los valores de THQ en la mayoría de los vinos eran superiores a 1.0 (el valor que se considera inofensivo).
Los valores promedio máximos de THQ en los vinos estudiados variaban entre 50 y 200, pero los vinos húngaros y eslovacos llegaban a los 300.
Los valores promedio de THQ basados en el consumo de una copa de 250 ml. diaria de vino tinto o blanco variaban entre 30 y 80, lo cual dicen los científicos, debe ser motivo de preocupación.
Tal como señaló el profesor Naughton "estos valores son preocupantes, ya que sobrepasan el valor de 1.0 de THQ".
"El exceso en el consumo de iones de metal ha sido vinculado a eventos patológicos como la enfermedad de Parkinson", afirmó el investigador.
"Además de los problemas neurológicos, también se cree que estos iones aumentan los daños de oxidación celular, un factor clave en las enfermedades crónicas inflamatorias que se ha vinculado al desarrollo de cáncer".
Beneficios en duda
Los expertos afirman que estos resultados ponen en duda la creencia popular de las propiedades benefactoras del vino tinto.
Particularmente lo que se ha dicho de que beber una copa de vino tinto diaria protege al corazón de infartos debido a sus niveles de antioxidantes.
Tal como señala el profesor Naughton "lo que encontramos en este estudio sobre los peligrosos y pro oxidantes iones de metal colocan un signo de interrogación sobre estos supuestos beneficios protectores".
Los autores no saben con certeza qué es lo que está causando esta contaminación en los vinos.
Pero sugieren que deben llevarse a cabo más investigaciones para determinar los mecanismos que llevan a esta inclusión y retención de metal durante la producción.
Por ejemplo, dicen, debería estudiarse la influencia de la variedad de la uva, el tipo de tierra, la región geográfica, el nivel de insecticidas y las variaciones estacionales.
Mientras tanto, los autores recomiendan que aparezcan en las etiquetas de vino los niveles de iones de metal que contienen.
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