jueves, 13 de noviembre de 2008

Muy poco alcohol podría causar una cardiopatía congénita fetal



Beber antes y después de la gestación eleva el riesgo de varios trastornos en el bebe

Por Fabiola Czubaj De la Redacción de LA NACION

Cantidades tan reducidas como una sola copa de alcohol durante el embarazo son suficientes para producirle daños al bebe que se está formando en el vientre materno. La lista de efectos nocivos del alcohol no sólo incluye el síndrome de alcohol en el feto o las alteraciones neurológicas, entre otros, sino también defectos congénitos en el corazón.
"Se estima que el 2% de las cardiopatías congénitas se pueden prevenir, dado que sus causas no son genéticas. Entre los factores que ayudan a prevenir esas malformaciones en el corazón o los vasos de un feto está el consumo de alcohol en el embarazo", comentó a LA NACION el pediatra Héctor Marotta, médico adscripto a la dirección del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y profesor auxiliar de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador.
Las cardiopatías congénitas son un conjunto de alteraciones en la formación de la estructura del corazón fetal, los vasos y su funcionamiento, que ocurren durante la gestación. Según un artículo publicado en 2005 en la revista de la Sociedad Argentina de Pediatría, la malformación más frecuente en nuestro país es la abertura en la pared que divide las dos cavidades inferiores (ventrículos) del corazón. Esta comunicación interventricular se forma en las 8 primeras semanas de embarazo. Otro estudio previo, publicado también en Archivos Argentinos de Pediatría , señala que las cardiopatías congénitas representan casi la mitad de todas las malformaciones fetales.
Según datos del Ministerio de Salud, 6100 bebes nacen con alguna cardiopatía y 4300 necesitan tratamiento quirúrgico. Sin embargo, unos 1100 bebes mueren antes del año de vida por falta de acceso a la cirugía.
Tres veces por semana
Un equipo de investigadores cubanos de la Facultad de Ciencias Médicas Dr. Faustino Pérez Hernández demostró que los hijos de mujeres que consumían alcohol más de tres veces por semana antes de la gestación y durante el embarazo tenían 2 veces más probabilidades de desarrollar una cardiopatía. El estudio incluyó a 15 bebes con cardiopatías congénitas y 30 bebes sanos.
En el resto de la literatura publicada sobre los factores de riesgo de estas alteraciones cardíacas de nacimiento no se menciona expresamente una relación causa-efecto directa con el consumo de alcohol materno, aunque en todos los estudios publicados se mencionan el alcohol, el cigarrillo y las drogas ilícitas entre los factores que predisponen a desarrollarlas.
"La cocaína es un promotor conocido de cardiopatías congénitas, igual que ciertos medicamentos (litio, antiepilépticos, ácido retinoico), infecciones intrauterinas (rubeola o citomegalovirus) y enfermedades maternas (diabetes o lupus eritematoso, epilepsia). Cuando están bien controladas, la probabilidad de que el bebe desarrolle una cardiopatía se reduce", explicó Marotta, que el 1° de octubre participará en el Gutiérrez de charlas gratuitas para padres sobre factores de riesgo y controles prenatales (informes: 011-5239-9988, int. 126).
De ahí la importancia de los controles prenatales y de que los padres le informen al obstetra cualquier antecedente familiar de cardiopatías. Esto permitirá realizar estudios de detección precoz, como la ecocardiografía fetal. "Es un examen que no forma parte de los estudios prenatales de rutina -aclaró-. La preparación es la misma que para una ecografía, no es riesgosa para el feto y permite examinar las cavidades cardíacas y la circulación sanguínea a partir de las 20 semanas de embarazo."
Para el doctor Ricardo García Mónaco, jefe del Servicio de Diagnóstico por Imágenes del Hospital Italiano, es importante que los padres busquen un ecografista con experiencia en la lectura de imágenes y que le pregunten al médico "si pudo ver el corazón del bebe y todo está bien".
"La detección oportuna de estos defectos durante el embarazo le permite al equipo médico organizar el seguimiento, planificar el nacimiento y el tratamiento del recién nacido. A veces, ese proceso puede empezar en la etapa fetal, lo que ayuda a prevenir la muerte o la discapacidad grave por defectos que hoy se pueden tratar perfectamente", agregó el jefe del Servicio de Obstetricia del mismo hospital, doctor Lucas Otaño.
Si bien la ecografía es el método de primera elección para el estudio de la salud fetal, la tomografía computada demostró su efectividad para visualizar con alta definición las malformaciones. Con este estudio no invasivo, la Unidad de Diagnóstico y Tratamiento del Italiano trató con éxito 22 recién nacidos en 2007.
"Es muy útil porque reduce al máximo [10 minutos] el tiempo de anestesia y el riesgo de complicaciones, ya que el cirujano, que dispone sólo de 30 a 40 minutos para operar, tiene una imagen exacta de la anatomía cardiovascular del bebe", explicó la doctora Marina Ulla, integrante de la unidad y especialista en diagnóstico fetal por imágenes.

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