miércoles, 26 de noviembre de 2008

Una oferta para tener un auto de lujo a mano y con el tanque lleno



Vidia arma fideicomisos para la compra de vehículos y se hace cargo de los servicios




La oportunidad de ser dueño de una parte de un auto de lujo, compartiendo con un número limitado de miembros los costos de compra y mantenimiento, llegó a la Argentina de la mano de tres ex altos ejecutivos de Microsoft.
Pedro Sorop, Fabián Crivaro y Fabián Díaz son los fundadores de este proyecto que bautizaron Vidia y que en su primer año de operaciones prevé facturar 2 millones de pesos.
El modelo está inspirado en emprendimientos de Estados Unidos y Europa. En pocas palabras, Vidia agrupa por afinidad a varios individuos, conforma un fideicomiso y con el capital reunido se ejecuta la compra del auto.
Con esa compra, el cliente se adjudica la propiedad de una parte del auto y paga un abono anual para sostener el mantenimiento y los servicios que acompañan la propuesta: cocheras, valet parking, retiro del vehículo, etcétera. A la par, se define un calendario que establece las semanas que tiene a su disposición el vehículo.
"Los grupos que armamos parten de una base de cuatro personas y hacemos una selección para evitar diferencias. Tomamos en cuenta si la persona es de bajo perfil, si fuma, si tiene determinados intereses. Los contratos que estructuramos son de dos años y, una vez transcurrido ese tiempo, los miembros deciden si lo renuevan o si venden su parte o el auto entero", explicó Sorop, ex presidente de Microsoft.
Modelo lógico
Según relató, luego de dejar el mundo corporativo empezó a comentar la idea a su ex colegas.
"Yo había conocido el modelo en Londres y me resultó lógico. Mucha gente no se compra un auto de lujo porque reconoce que le va a dar poco uso y no se justifica el gasto. Para ellos está pensado el negocio", señaló.
"Nos pusimos a armar la propuesta el año pasado y la terminamos de definir este año. Contratamos un estudio de abogados que estructura los fideicomisos y hablamos con las automotrices Audi, Porsche y BMW", agregó Crivaro, quien destacó que las empresas "le dieron la bienvenida al modelo y ayudan a lograr el mejor precio para los socios".
Los empresarios, con sus agendas, empezaron a ofrecer los servicios y en pocos meses estructuraron dos fideicomisos para la compra de un Porsche y un Audi. Actualmente, están armando otro con un Porsche y, a pedido de los clientes, incorporarán también un Mini Cabriolet de BMW.
"Los clientes nos guían, ellos nos propusieron la idea de un Mini para el verano. Nosotros vamos aprendiendo y delineamos la posibilidad de llevarles los autos a Punta del Este", señaló Sorop.
Con Vidia, dicen los emprendedores, el cliente puede "despreocuparse y sólo disfrutar".
"Uno recibe el auto en donde lo disponga con el tanque lleno y limpio. Lo puede dejar en alguna de las cocheras que Vidia tiene en los hoteles cinco estrellas o en su casa. Nuestro personal lo pasará a buscar en donde él lo disponga", dijo Sorop.
"La idea es que las personas se despreocupen por completo. Los trámites, desde los papeles de compra hasta las multas, corren por nuestra cuenta", agregó el empresario, tras destacar que "los clientes pueden designar un conductor adicional".
De la ruta al mar
"Cada adicional tiene sus papeles del auto para evitar inconvenientes. De esa forma, todos saben quiénes son los conductores", señalaron los socios.
Entre los planes a futuro de Vidia figura la posibilidad de ofrecer los autos en Miami, a través de un convenio con una empresa de esa ciudad que sigue el mismo sistema.
Los socios fundadores también están estudiando cruzar a los diferentes grupos para que los clientes puedan intercambiar autos, lo que "consolidaría más el formato de club de autos de lujo".
Por otro lado, comenzaron a evaluar una unidad de negocios dedicada a los barcos:
"Vidia boats es una idea en marcha que nos sugirieron. La propuesta será la misma, pero en vez de comprar un auto se comprarán cruceros de tamaño mediano. Los clientes lo recibirán en donde lo dispongan, también con el tanque lleno", concluyó Sorop.



Mercedes García Bartelt

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