lunes, 20 de octubre de 2008

Nuevo diccionario en Argentina


"La lengua la crea el pueblo, la modifica el pueblo; después vienen los escritores, que la fijan por escrito, y luego la Academia, como un notario, la registra, dice: «Esto existe»." Así se expresó el presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, al presentar la segunda edición del Diccionario del habla de los argentinos, que se podrá conseguir con LA NACION, a partir de mañana. Esta versión corregida y aumentada tiene cerca de 4500 voces o frases y unas 9000 acepciones distintas.
Es un diccionario diferencial respecto del Diccionario de la lengua española, de la Real Academia: contiene palabras que los españoles no usan, no las que son de uso general entre todos los hispanohablantes. Registra voces de uso argentino (como gilastrún o curtir ) y frases también de aquí (como no hay drama o hacer boleta ). Hay expresiones que pensamos que son de la lengua general y no lo son, son de acá, comentó Barcia. Y citó boca de urna, catarro, balneario, caja chica, expensas (que bien nos cuestan), pasatista . Mencionó otras que surgieron del lunfardo y se expandieron, como mina, laburo, morfar, bacán.
Un diccionario es una obra cultural, señaló Barcia. Y comentó que cuando una comunidad trabaja en su propio diccionario es porque ha tomado conciencia de que en el caudal de voces que maneja hay muchas que le son propias, que expresan matices, formas de percepción de la realidad que no son de todos los pueblos. Vocablos que vuelven Hay palabras que se están yendo, pero que tiene sentido registrar para entender dichos y escritos de otro momento; citó a pazguato o petitero . Y hay algunas que vuelven: bondi se aplicaba al tranvía, que ya se fue, y ahora regresó para nombrar al colectivo. Arbolito aludía al principio al levantador clandestino de apuestas de carreras de caballos y hace dos décadas pasó a ser el vendedor callejero de dólares, porque estaba "plantado" al borde de la vereda y porque estaba cargado de "verdes". Era como una "vieja durmiente", bromeó, porque ya casi no se la escuchaba y ahora reaparece con la crisis financiera. Y hay una proyección del léxico del fútbol o del automóvil al uso general: dejala picando, dale luz verde, dejalo en punto muerto, gambeteó la cuestión.
El diccionario recoge también voces originadas en marcas comerciales: curitas, ferné, birome, maicena. Barcia comentó que seis academias de la lengua de países de América han hecho sus propios diccionarios, pero observó que ninguno es tan amplio como el del habla de los argentinos. Y destacó que pueda alcanzar una amplia difusión a través de LA NACION, que siempre tuvo una fuerte relación con la Academia.


El diccionario, de 704 páginas, se entregará con el diario, en forma opcional, a 49,90 pesos. Entre el público, que festejó la amenidad de la charla, había personas del ámbito literario y periodístico, como Antonio Requeni, Emma de Cartosio y Jorge Emilio Gallardo, entre otros.

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