martes, 26 de agosto de 2008

Ahora el dotor Yiacomo también cura la culebrilla



El herpes zoster, más conocido como culebrilla, hoy no sólo puede ser prevenido mediante una vacuna, sino que debería ser prevenido. Eso es lo que aconsejan los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, según sus siglas en inglés), de los Estados Unidos, que recientemente emitieron la recomendación de vacunar a todos los mayores de 60 años. "Los estudios hallaron que en las personas de 60 o más años la vacuna reduce la ocurrencia de la culebrilla en alrededor del 50%", señaló el CDC en un comunicado de prensa, en el que aconseja dar "una sola dosis de la vacuna a las personas de 60 años o más, aun si han tenido previamente un episodio de culebrilla". "El herpes zoster es una erupción dolorosa causada por la reactivación del virus de la varicela. Habitualmente se cura sin complicaciones, pero en el 12% de los casos puede persistir un dolor intenso que deteriora la calidad de vida del paciente", comentó el doctor Hugo Sprinsky, secretario científico del 29° Congreso Mundial de Medicina Interna, encuentro científico que se realizará del 15 al 20 de septiembre en esta ciudad y donde se debatirá sobre la aplicación de esta inmunización. La vacuna, disponible desde 2006 en los Estados Unidos, llegaría a la Argentina durante el primer cuatrimestre de 2009, adelantaron a LA NACION fuentes de Merck Sharp & Dohme, laboratorio que la desarrolló. Un virus al acecho El agente causal de la culebrilla es el virus varicela zoster. "El primer contacto de una persona con el virus suele ocurrir en la infancia, y causa los cuadros de varicela -explicó el doctor Roberto Reussi, presidente del citado congreso-. Luego de ese primer contacto, el sistema inmunológico controla el virus, pero éste permanece latente en algunos sectores del sistema nervioso." Factores como el estrés emocional, ciertas enfermedades graves o estados de inmunodepresión pueden disparar el retorno del microorganismo. Picazón, hormigueos o dolor en la zona afectada suelen preceder la aparición de las ampollas características de la enfermedad. "Las zonas más afectadas son el tronco y la zona de la cara cercana a los ojos. Las lesiones comienzan como manchas rojizas que luego se transforman en pequeñas ampollas agrupadas en una región, que comúnmente simulan la mitad de un cinturón o una banda que no pasa la línea media del cuerpo -explicaron los doctores Reussi y Sprinsky-. De hecho, zoster significa cinturón en griego." Según estadísticas de los CDC, más de un tercio de las personas que padecen culebrilla desarrollarán complicaciones serias de la enfermedad. Ese riesgo se incrementa a partir de los 60 años, que es cuando el organismo sanitario norteamericano recomienda recurrir a la vacuna. La complicación más temida es la llamada neuralgia postherpética, un dolor intenso en la zona afectada que puede durar meses o incluso años, y que es muy incapacitante. La vacuna reduce más del 60% el riesgo de desarrollar esta complicación, mientras que los tratamientos actuales, si bien no eliminan el virus del organismo, permiten controlar la infección y reducir también el riesgo de neuralgia postherpética. "El tratamiento se basa en la combinación de fármacos antivirales y analgésicos -explicaron Reussi y Sprinsky-. Los fármacos antivirales pueden disminuir la progresión de los síntomas, acelerar su desaparición y prevenir la neuralgia postherpética, siempre que se inicien dentro de las 72 horas posteriores a la aparición de las lesiones."

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