jueves, 25 de septiembre de 2008

Falta de privacidad en el país de la libertad


La Aduana de Estados Unidos puede revisar sin permiso los documentos y las computadoras de todos los viajeros


Incluso si no hay sospecha de actividades criminales y terroristas, los archivos pueden ser examinados y guardados "por tiempo razonable".

¡Derecho a la privacidad! ¿Qué es eso?
Si busca que su privacidad sea violada, pase sus próximas vacaciones en Estados Unidos.
Los agentes de Aduana de ese país tienen autorización para inspeccionar el contenido de sus libros, computadoras y cualquier dispositivo electrónico que lleve consigo.
No sólo eso: también pueden copiar toda la información personal y guardarla por tiempo indefinido, aún sin tener indicios sobre si el propietario del equipaje participó en un acto delictivo, o si tiene intenciones hacerlo.
Así lo revelaron directivas internas del gobierno, desclasificadas recientemente.
El Departamento de Seguridad Interior ya había anunciado en julio que podrían retener para examinar los datos de cualquier viajero que llegara a un puerto de entrada de EEUU. Pero el Gobierno no reveló entonces que también anuló una medida de 1986, que establecía que los agentes debían tener sospechas razonables de que una persona tiene un historial delictivo o la intención de participar en un atentado terrorista para poder examinar la información privada de su valija.
Las nuevas normativas fueron reveladas esta semana por la Fundación Frontera Electrónica y la asociación de derechos humanos Asian Law Caucus, dos organizaciones que denunciaron al gobierno estadounidense en febrero pasado, para obligarla a revelar las normativas que siguen los funcionarios de Aduana, informó el diario español El País.
"Durante más de 20 años, el Gobierno implícitamente reconoció que leer y copiar misivas, diarios y documentos personales de los viajeros sin motivo aparente hubiera enervado a los americanos", afirmó ayer Shirin Sinnar, abogada del Asian Law Caucus. "Pero ahora, los agentes de frontera pueden examinar los pensamientos y las vidas de personas comunes, sin tener ningún tipo de sospecha", sostuvo Sinnar en un comunicado.
Los documentos obtenidos se guardan "por un razonable espacio de tiempo", en una biblioteca que archiva todo tipo de datos personales, desde libretas de contactos hasta correos electrónicos supuestamente confidenciales, informó El País.

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