TOMÀS DELCLÓS 25/09/2008 EL PAIS ESPAÑA
El reo que pisa por primera vez una cárcel se enfrenta, desvalido, a un mundo con sus propias reglas. Jorge de la Hidalga ha creado un sitio, Infoprision, para orientarlo a él y a su familia sobre las conductas más aconsejables, lo que no debe hacerse y los derechos que le asisten. Lo sabe muy bien porque él pasó algunos años en varias prisiones españolas. Era empresario y en una época difícil de su vida se vio arrastrado en unos turbios negocios que dieron con él en la cárcel. Allí estudió la carrera de Historia y tiene en la cartera algunos libros de narrativa, entre ellos Vis à vis, de próxima publicación. Ahora trabaja en una fundación en Madrid dedicada a combatir la brecha digital, dos de cuyos voluntarios, en sus tiempos libres, han colaborado con el diseño y confección de la página. Infoprision tiene consejos, plantillas de formularios... "La familia puede imprimirlos y llevárselos al prisionero".
"Mi interés es ayudar al que está dentro y a su familia. Desgraciadamente, haber estado condenado durante años te permite conocer muchas cárceles y muchos ambientes y ahora quiero aportar mi experiencia. Antes de decidirme, miré qué había en Internet de parecido y no encontré nada, porque la mayoría de los documentos de ex presos encontrados son de gente que no ha reconocido su error y quiere reivindicarse, trasladar su culpa a la sociedad, a sus padres, al mundo entero. Yo cometí una equivocación y he pagado la deuda. Salí limpio". El desamparo del reo es en ocasiones evidente. "Muchos tienen escasa formación y, encima, son olvidados por sus abogados después de ser condenados. Se han gastado todo el dinero en el juicio y cumplen su condena sin asistencia jurídica. Además pocos penalistas son duchos en derecho penitenciario".
De la Hidalga es consciente de que una página de Internet no es accesible al preso. "Está más orientado al familiar. Lo pueden imprimir y llevárselo. De esta manera el pariente sabe a qué atenerse y el preso, una vez recibida la información, también". Y da como ejemplo el tráfico de drogas. "En la cárcel hay droga, porque un patio con 150 reos sin droga sería un patio peligrosamente alborotado. Pero hay que saber algunas cosas. La mujer puede entrar en un vis-à-vis con la vagina o el recto lleno de droga. A ella no la cazarán, pero pueden cachearte a tÍ a la salida y si te encuentran droga... te caen más años".
Aunque la mayoría de su tiempo penitenciario lo pasó en cárceles masculinas, fue bibliotecario en la prisión mixta de Zuera (Zaragoza) y allí conoció este otro mundo, el de la mujeres recluidas. "Es más agresivo. El sexo entre ellas, por ejemplo, se vive abiertamente. Entre los hombres también existe, pero se acepta menos".
Plantillas de formularios
De la Hidalga asegura que las cárceles españolas han mejorado mucho y que hay funcionarios que respetan y trabajan para que se respete a los reclusos. "Yo no diría que ahora pasa lo que sucedía hace 40 años, que entrabas y te violaban. Pero la reclusión en sí sigue siendo una tragedia cotidiana. Es muy duro vivir en una celda de cinco o nueve metros cuadrados con otro necesidades delante de él".
El responsable de Infoprision define irónicamente su iniciativa como una especie de guía de hotel "para que sepan manejarse allí dentro y la familia no ande perdida y desinformada". La idea le surgió porque unos amigos tenían un sobrino en la cárcel. Llevaba nueve meses dentro y lo desconocían todo. Entonces pensó que aquellos consejos que les daba podían ser útiles a otros. El sitio está organizado por diferentes temas y por diferentes categorías de presos: desde el primerizo preventivo o el primerizo condenado, al iniciado reincidente. También hay un capítulo para familiares y amigos, y un área de servicios en la que tiene colgados los formularios de una veintena de recursos que puede presentar el preso (recurso de queja para el permiso, escrito de queja por cacheo de desnudo integral, solicitud de trabajo remunerado, de libertad condicional...). Entre los proyectos de crecimiento de la web está el abrir un blog para que otros publiquen su testimonio, sus fotos, sus opiniones; un diccionario del talego y un área de recomendación de bufetes de abogados. También está pensando en darle más color para que sea un espacio menos lúgubre. La web, al menos.
Consejos de Infoprision para los primerizos
'Vis-à-vis'
Tus familiares pueden traer ropa, ciertos comestibles, libros, CD e ingresar dinero en peculio. Como no los cachean (revisan) en profundidad, algunos introducen dinero de la calle y drogas. Ojo, porque a ti, una vez sales del vis-à-vis para regresar a tu módulo, sí te cachean en profundidad. Te pueden hasta desnudar. Tienes derecho a un vis-à-vis familiar al mes y otro íntimo.
Patio
Ya estás dentro. Si entras en horario de patio, dejas tus bártulos en una esquina junto a la garita de los funcionarios. No te quedes ahí pasmado. Sal al patio a caminar, con ánimo, que los demás crean que ya has pisado patio con anterioridad. Tienes que hacerte respetar desde el principio. Sí te pertrechas alrededor de la cabina, sabrán que eres un primerizo y te tratarán en consecuencia; no por ello ha de pasarte nada. O también pueden pensar que eres un violador y buscas refugio.
Celda
Trata de congeniar con tu compi de chabolo (celda). El que ya habita la celda es el que posee el derecho del lugar (ley taleguera no escrita) Normalmente los funcionarios utilizan criterios acertados para reunir dos personas en una celda. Pero si al cabo de varios días de convivencia ves que no puedes continuar en la misma celda con tu compañero, puedes cambiarte escogiendo entre varias opciones. Decírselo a los funcionarios para que te cambien a otra celda ( si tú eres el último en llegar). Negociar con alguno que viva solo para que te acepte en ella. Si nadie acepta por las buenas, puedes comprarle la posesión a alguno que ande tieso (él se buscará la vida en la celda de algún compi). Después ambos se lo comunicáis a los funcionarios para que éstos hagan el cambio (no hablar de una transacción económica, sino de un favor).
Teléfono
Uno de los motivos de discordia más usuales es el del telefonito de las narices. Hay un solo aparato por módulo y 150 mendas con necesidad de hablar. Tienes derecho a ocho llamadas de cinco minutos por semana. El sistema está informatizado y sólo podrás llamar a los números autorizados previamente. El problema radica en las colas, en pedir la vez, en que algunos se cuelan, en que otros intercambian el puesto por una invitación, en fin, que después reclamas y ya está montada la marimorena. Así se producen la mayoría de las peleas. Has de ser cauto y mantenerte alerta. Algunos consiguen entrar móviles, aunque esto se desaconseje, ya que si te pillan (hacen rastreos de ondas, otro compi que se chiva) te meten un parte, te llevan al chopano (módulo de aislamiento) y te pueden llegar a juzgar.
Comedor
En el comedor has de buscarte un lugar de espaldas a la pared desde donde puedas controlar el lugar: no es que vayas a tener ya de buenas a primeras un problema, pero de cuando en cuando a alguno se le va la olla y se lía a bandejazos con el que tenga a mano. En otras ocasiones, por un cobro de deuda o cualquier otra disputa, puedes terminar encontrándote en la mitad de una reyerta.
Droga
En cualquier patio penitenciario encontraréis lo que necesitáis. Caballo, farlopa, chocolate y las temidas pastis de diferentes laboratorios. La manera de entrarlo no es complicada. O lo traen las visitas en los vis-à-vis íntimos o familiares encaletados en la vagina, en el culo o en la ropa interior, o lo entran los internos que salen de permiso y llegan con el culo petado de todo. Pero ojo, esto no es la calle y los castigos son mayores que en la rue. Si te pillan con droga y te meten un parte muy grave, lo normal es que te acaben llevando a juicio, y si demuestran en el juicio que trapicheabas dentro del patio, te caen los años a pares. Por otro lado, si la compras fiada y no la pagas, o te refugias (pides a los funcionarios que te lleven a otro módulo o que te chapen en tu chabolo 22 horas al día y solo bajas al patio dos horas durante la siesta de los demás), o te expones a que el vendedor te busque en cualquier lado y te pinche hasta decir basta.
Demandadero
El demandadero es un tipo de compra que realiza una empresa externa al centro penitenciario, aunque en la mayoría de las ocasiones vinculada de alguna manera a alguien del centro. Los internos rellenan una instancia con los productos que no se consiguen en el economato y que a los familiares no permiten introducir. Puedes adquirir desde zapatillas deportivas hasta cebollas, bombillas... No todos los centros permiten adquirir los mismos productos. El producto solicitado te lo entregan a la semana siguiente. El montante te será deducido de tu cuenta de peculio.
Peculio
El peculio es un dinero que los familiares y allegados han de depositar en tu cuenta, ya sea en efectivo en el centro o por giro telegráfico. De la cantidad mantenida en una cuenta a tu nombre, el centro deducirá todos los jueves 65 euros que cargará en tu tarjeta de crédito.
Secreto
Si alguna compañera, mujer, novia o similar de un recluso se lía con otra persona, que no se le ocurra comunicárselo mientras se encuentre recluido. Es preferible una mentira piadosa que destrozar a una persona cuyo único vínculo con el exterior reside en su familia. En muchas ocasiones, una noticia de este tipo recibida lleva al interno a chinarse (rajarse las venas), a pasarse con una sobredosis de pastis o droga, o sencillamente a colgarse de una sábana. Por eso recomendamos que ese tipo de noticias se den cuando el interno salga de nuevo en libertad.
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